Una boda llena de emociones, amigos, brindis antes de la ceremonia, y una novia con un estilazo muy suyo que brilló con luz propia en Palacio de Valdesoto.

Sergio y Claudia: calor, emoción y estilazo en el Palacio de Valdesoto

A Sergio y Claudia ya los conocía de antes, porque hace unos añitos estuve en la boda de unos amigos suyos. Así que volver a ver a esa pareja y a otros invitados fue un reencuentro muy guay, de esos que te sacan una sonrisa nada más llegar.

El día fue de calor, pero del bueno. De los que te hacen sudar sí, pero también disfrutar. Se prepararon los dos en el Palacio de Valdesoto, lo cual para mí, como fotógrafa, es una fantasía. Tenerlos cerquita a los dos, sin carreras de un sitio a otro, es lo mejor. Y además decidieron que sus amigos y amigas vinieran a brindar con ellos antes de salir hacia la ceremonia. Fue súper especial. Las amigas de Claudia casi no podían hablar cuando la vieron vestida ya. Imagínate.

Y es que Claudia, además de ser un amor, tiene ese puntito personal que hace que todo lo que lleva tenga su rollo. Su vestido de Pronovias era elegante pero con rollazo: esas mangas abullonadas, los botones forrados en el antebrazo, y ese velo tipo mantilla con bordados… ¡tenía un aire andaluz que le quedaba brutal! Muy ella: delicada, elegante, distinta.

El maquillaje fue obra de Raquel Fernández, que como siempre, dejó a la novia con una luz espectacular. Y del peinado se encargó Aire21 Oviedo, que apostaron por una coleta con mucho movimiento, de esas que me encantan en las novias: natural, con estilo y perfecta hasta el último baile.

Sergio también estaba guapísimo con su traje de Verano Avilés, súper sonriente todo el rato, que eso es lo que más viste.

Y no puedo no hablar del ramo. Materia Botánica hizo una maravilla de las suyas: un ramo silvestre, con flor pequeñita y varios colores, pero sin ser llamativo. Tenía ese equilibrio perfecto entre lo sencillo y lo especial. De esos que no roban protagonismo, pero que lo dicen todo.

El vídeo lo firmaron los cracks de BP Visual, y como siempre, trabajar con ellos es una gozada. Hacemos equipo sin tener que decirlo, y eso se nota en el resultado. La ceremonia fue religiosa y luego lo celebraron todo en el Palacio de Valdesoto, que cuenta con el catering del Real Balneario. La combinación perfecta. Y qué decir del salón del palacio… para mí, de los más bonitos en los que he estado nunca.

La fiesta fue una auténtica locura (de las buenas). Siapro Eventos se encargó de la música y desde el primer temazo lo dieron todo. Qué energía, qué ganas, qué bien lo pasaron.

Y aunque era boda de mañana, guardé un as bajo la manga: en la preboda, Claudia me dijo que le encanta la luz dorada del atardecer, así que al final de la fiesta nos escapamos cinco minutitos. Solo ellos, esa luz suave y unas fotos que ahora son de sus favoritas. Y de las mías, también. No te pierdas el final de la galería porue hay unas fotos súper bonitas.


Y si te has quedado con ganas de más… ¡no te pierdas su preboda! Puedes verla aquí.

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